La ciudad amarilla, como se le conoce a Izamal debido al tono con que se han teñido las casas, cuenta con gran variedad de atractivos por conocer, basta con indicar en el convento y posteriormente prepararse para visitar las pirámides que aquí se encuentran.
Para obtener una esplendorosa vista panorámica de la ciudad y sus alrededores, nada mejor que desde la pirámide de Kinich Kak Moo, dedicada al Dios del Sol y donde seguramente se realizaban diversos rituales, esta pirámide es una de las más grandes pues además de su gran altura, su ocupación es de la medida de toda una manzana.
En los espacios que anteriormente habían ocupado muchas de las pirámides en Izamal, hoy en día se han colocado diversos edificios, casonas e iglesias, esto ocurrió a la llegada de los españoles, sin embargo al derribarlas, muchos optaron por conservar los materiales como base para las nuevas construcciones.
Una de las pirámides de la que queda menos es la del Conejo, pues se dice es de ésta donde se han saqueado más piedras para la construcciones del pueblo, esta pirámide hace referencia a la era del conejo, ocurrido cerca del año 1100.
La pirámide de Itzamatul es una de las más conservadas, sin embargo al llegar a ella deberá observarla detrás de una pequeña cerca que se le ha colocado por razones de seguridad, desde aquí se podría observar el convento franciscano y la pirámide de Kinich Kak Moo.
De la pirámide Kabul queda muy poco, hoy en día solamente quedan vestigios de ella; se dice que durante la época en que esta área fue habitada por los mayas, esta estructura estaba dedicada al Dios Itzamná, en ella se encontraban algunos mascaron con el rostro de dicha deidad, éstos se perdieron durante el saqueo de materiales antes mencionado.
Del lado suroeste de la plaza central se encuentra la pirámide de Hun Pik Tok, esta también puede ser visitada